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lunes, 9 de diciembre de 2013

MIS NOCHES (Por JotaJota)

Amig@s:
aquí os dejo mi "ocurrencia" de hoy; en esta ocasión sobre lo absurdas que resultan algunas noches y sobre lo absurdo de mis letras.

En esta ocasión, os lo dejo en formato de Foto-Poema.

Espero que sea de vuestro agrado.

...Y no os olvidéis de dejarme vuestros comentarios...

Gracias...




INFORMACIÓN ACERCA DE LOS INTEGRANTES DE ESTE BLOG

Amig@s:
Con el fin de que tengan una mayor y mejor información acerca de los integrantes de este blog, aquí les dejo las reseñas de las páginas del mismo donde se muestra esa información, para que los vayan conociendo (si es que aun no los conocen).
Como podrán ver,  exceptuándome a mí, que sólo soy un "humilde principiante" a su lado, el resto de los componentes son grandes artistas de la pluma, que hacen que este sitio se crezca hasta límites insospechados con su presencia.

Espero que sean de su agrado.



Los integrantes de este blog son...

-ROSA FASOLÍS - (ROSARIO-ARGENTINA)

-GABRIELA ABEAL -(MAR DEL PLATA-ARGENTINA).

Y este que les escribe, su humilde servidor y "principiante" en tales lides.
-JAVIER BELAUSTEGUI - (ASTURIAS- ESPAÑA).

(Sólo hagan "doble click" sobre los "link" que aparecen coloreados en el texto y automáticamente serán redirigidos hacia la página del blog donde consta esa información)

Gracias. 



sábado, 7 de diciembre de 2013

POEMA XVII (Por Rosa Fasolís)

Amig@s:
Aquí os dejo otra colaboración  a este blog, de mi gran amiga ROSA FASOLÍS.

Reitero...Es un HONOR para mí, contar con sus letras en este espacio.

Espero que os guste.
...Y no os olvidéis de dejarle a Ro vuestros comentarios.

Gracias...


viernes, 6 de diciembre de 2013

NUEVA FOTO-POEMA

Amig@s:
Aquí os dejo otra colaboración de Gabriela a este blog que se crece con sus letras.
Espero que os guste.
...Y no os olvidéis de dejarle a Gabri vuestros comentarios.
Gracias


sábado, 9 de noviembre de 2013

TRAMAS Y CONSTRUCCIONES (Por Rosa Fasolís)

Amig@s:
Aquí os dejo una nueva entrada de mi colaboradora en este blog Rosa Fasolís.
En esta ocasión, un fragmento de su libro "TRAMAS Y CONSTRUCCIONES", esperando que sea de vuestro agrado.

Y no os olvidéis de dejarle a Rosita vuestros comentarios...
Gracias...







Un poema...


TRAMAS Y CONSTRUCCIONES

En algún lugar, 
en algún tiempo,
se devanan los hilos,
se tejen las tramas
del andar,
del pensamiento.

En algún tiempo,
en algún lugar,
entre hipótesis y deducciones
se van armando
las construcciones.
De la vida, al pasar.

Alguien (¿quién?)
las va enredando.
Y algunas constantes hay:
el amor y la muerte,
las estrellas y el lar.

Construcciones y tramas,
dolor y gozo,
movimiento y quietud,
constelaciones y mar.
Y alguien (¿quién?)
está mirando.
En algún tiempo,
en algún lugar.

(Rosita Fasolís.)

EVOLUCION...(Por Gabriela Abeal)


Amig@s:
Aquí os dejo una nueva entrada de mi colaboradora Gabriela Abeal, que de nuevo nos deleita con sus letras; en esta ocasión con esta foto-poema.
Espero que sea de vuestro agrado.

...Y no os olvidéis de dejarle a Gabri vuestros comentarios.
Gracias...





miércoles, 23 de octubre de 2013

BAJO TIERRA (Por Gabriela Abeal)

Amig@s:
Aquí os dejo una nueva contribución al blog, de mi colaboradora GABRIELA ABEAL.
En esta ocasión, con esta composición titulada "BAJO TIERRA".
Una delicia de letras.
Espero que las disfruten tanto como yo.
...Y no se olviden de dejarle a Gabri sus comentarios.
Gracias.
 
 

martes, 22 de octubre de 2013

sábado, 19 de octubre de 2013

FRIDA...(Por Gabriela Abeal )...

Amig@s:
Permítanme ser el primero en presentarles una de las obras de Gabriela Abeal, que ya se ha iniciado como nueva autora -colaboradora de este blog en el que tiene cabida todas las culturas, razas y paóses, pues bien sabido es que las letras, rompen las fronteras.

En esta ocasión, Gabri nos deleita con un bellísimo foto-montaje con un bello poema de fondo, tomándo como inspiración una frase de la famosa Frida Khalo, pintora mexicana; sobre cuya reflexión  se basa esta obra de Gabri...

Espero que sea de su agrado.
...Y no se olviden de dejarle a Gabri sus comentarios...

Gracias...



FRIDA
 (Por Gabriela Abeal) 


 

BIENVENIDA A LA NUEVA MIEMBRO DE ESTE BLOG

Amig@s:

En esta ocasión me dirijo a vosotr@s, para anunciaros y de paso darle la bienvenida a un nuevo AUTOR que participará con sus publicaciones en este humilde blog.

Se trata en esta ocasión de mi primita lejana GABRIELA ABEAL; que con su buen hacer y su arte poético que rezuma por todos los poros de su piel, nos deleitará con sus obras.

Es Gabriela Abeal, una mujer argentina, cuya familia tiene un origen español; de Galicia; como mi mamá y mi abuela, con las que además de conmigo, comaparte apellido , origen y seguramente una buena dosis de ADN.


-Ayudante de coordinación en eventos culturales en Mar del Plata, intercambio cultural con escritores de Venezuela y Colombia, difusión de los mismos en radio principal de la ciudad y periódicos.
-Mención de honor en el certamen internacional de cuento breve y poesía “Homenaje a la poetisa Rosalía de Castro”.
-Mención especial en el concurso provincial de cuento y poesía “Ciudad de Chivilcoy”. Finalista concurso Palabras al viento.
-Finalista Centro Poético.
 
-Revista Letralia. Revista Voces de hoy. Revista Remolinos. Revista La Urraka. La máquina de escribir. Revista Poemas en añil. Rossanamusica.com-arte y cultura. Badosa.com. Artecomunicarte. Ala de cuervo.
 
Bibliografía:
*Antología “Los cuatro elementos”, Misiones, Argentina (poesía).
*Libro: “Cotidianos”, Venezuela. (poesía)
*Antologías que saldrán enero 2009. (poesía)


Es Gabri, como yo la llamo, una de esas personas entrañables a las que es muy difícil no apreciar desde el primer instante en que se las conoce.

Inscrita al igual que un servidor, en la Red Mundial de Escritores en Español, R.E.M.E.S., podréis encontrar mas información acerca de ella en  ese sitio.

Equilibrada, tierna, familiar...
Con esa calma que tal ves le proporcionen sus conocimientos sobre REIKI.
Con ese sabe hacer; saber contar; saber transmitir, que hace de  sus obras algo único y difícil de dejar de leer cuando uno las empieza.

Es para mi un placer y una satisfacción el tenerla aquí para deleite de tod@s nosotr@s.

Se bienvenida, Gabri, a este mundo donde el cielo...se junta con el mar...





                                                                        JotaJota.


jueves, 10 de octubre de 2013

SÓLO TU VOZ (Por Rosa Fasolís)


Amig@s:
Aquí os dejo una nueva aportación a mi blog, de mi amiga la escritora argentina ROSITA FASOLÍS.
En esta ocasión,con una maravillosa composición poética en la que se entremezclan los sentimientos en un torbellino de amor, ternura, tristeza y un toque de nostalgia...
No se  la pierdan...
...Y no se olviden de dejarle a Rosita sus comentarios.
Gracias.
saludos.









SÓLO TU VOZ

Con un destino de pájaro y de bruma
llegó tu voz
que se hizo espuma
sobre mi cuerpo
derramada del aire en corolas breves
presencia vaga
de un verano azul.
Fue espacio y fue desierto y fueron lunas
tu voz y sus matices,
tu clara voz y sus llamados,
los recuerdos felices
los recuerdos amados
donde no hubo ausencias
ni quedaron cicatrices.
Llegó tu voz
y tu presencia
fue universo y fue la nada.
Fue un proyecto púrpura
en espacios de imposible castidad blanca.
Fue
el teclado de un piano
acariciado en las sombras;
fue
un rencor liviano
porque era sólo tu voz y ya no estabas.
Fue tu voz, sólo tu voz,
nada más que tu voz, con un destino
de pájaros y de brumas,
y en una copa de vino
se consumió tu voz
que ya no estaba.

 

(Rosa Fasolís.)
(Del poemario "De fe, de ausencias").

lunes, 23 de septiembre de 2013

DISGRESIÓN (Por Rosita Fasolís)


Amig@s:
En esta ocasión, mi colaboradora Rosita Fasolís, nos deleita con una obra que al menos a mi, me ha hecho pensar...
Cómo ser...sin ser...?
Cómo saberte...sin tenerte?
Bellísimas letras las de Rosa Fasolís.
No os las perdáis.
...Y no os olvidéis de dejarle a Rosita vuestros comentarios...

Gracias...









DISGRESIÓN
(Por Rosa Fasolís)

Pero cómo ser árbol
sin hojas,
desmayarse en el viento
pero despertar mañana
ajena a tu sonrisa y a tus ojos
desiertos
y a tus labios que coronaron
desde la superficie
hacia abajo
la honda percepción de mi encarnadura.
Pero cómo saber,
cómo saberte
si tu cielo es un cristal amurallado
y el amago de sólo una pedrada
lo rompe en mil pedazos
y te alejas
sonriente y confuso
dibujando para tu ley de hombre
orientes y cenáculos.
                                    ©Rosa Fasolís
                       (Hecho el registro que marca la ley)

domingo, 18 de agosto de 2013

PERO AÚN RESPIRO (Por Rosa Fasolís)


Amig@s:
Aquí os dejo una nueva colaboración de mi amiga Rosa Fasolís, que cada vez nos deleita mas con sus obras, resultando un encanto y un placer leerlas.
En esta ocasión, "Aún respiro", nos deleita con una obra claramente existencialista que a mas de uno nos hará pensar...
Espero que os guste.
...Y no os olvidéis de dejarle a Rosita vuestros comentarios...
Gracias.
Saludos.





...PERO AUN RESPIRO...



Hay una fragilidad del aire.

Hay una lánguida quietud de nubes en el espacio
detenido.La amenaza
de que empiecen a caer los pétalos de todas las flores
las hojas de todos los árboles
los párpados de todos los ancianos.
Un reloj se hace pedazos en el horizonte acuoso.
Veo el mundo a través de esa fragilidad del aire.
Ahora circulan por mis venas satélites espías
aviones grávidos de pestilencias
hongos encapsulados
niños que se convierten en arena.
Hay la oscura remezón de mis huesos.
Creo que no puedo, pero aún respiro.
El espacio (toda la impura extensión del espacio)
me cabe en un suspiro.
Hay quienes se conforman. (Ya sé: el Reino no es de este mundo).
Pero hubiese querido que este mundo fuera el Reino. 

                                          © (Rosa Fasolis)



Rosa Fasolis. Poeta, escritora y docente. Nació en Rosario, provincia de Santa Fe. Colaboradora de revistas literarias y del diario "La Capital" de su ciudad natal. Obtuvo el premio "Alcides Greca" en narrativa por su libro "Después" y el Premio "R .F. de Peyroten" de la Asociación Santafesina de Escritores, entre otros. Es una voz que se perfila en el panorama poético con una honda e intensa preocupación por el destino del hombre. "Tramas y construcciones" es uno de sus poemarios.

viernes, 9 de agosto de 2013

Amig@s:

En esta ocasión, mi amiga Rosa Fasolís; colaboradora de este humilde blog que se crece con sus letras y su saber, nos deja este fragmento de su libro "TRAMAS Y CONSTRUCCIONES", esperando que sea de vuestro agrado.
Esperamos vuestros comentarios.
Muchas gracias.
Saludos.

Libro TRAMAS Y CONSTRUCCIONES: Rosa Fasolís

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               II

Y estaba llena de preguntas...
Y desnuda y expuesta me acosté sobre la piedra
para acallar mis miedos llenándome de miedo.
Y fui yo el respirar de niebla y quietud
                                  de todos los muertos.
La piedra se alzó sobre una verde colina
y me puse de pie,
y sobre ella erguida,
aún mis plantas prendidas a la áspera aridez,
aún mis manos tendidas a la ríspida inconsistencia,
pude contemplar la tierra,
pude percibir su redondez y su llanura,
todo a la vez,
y en el páramo y en la espesura
todo se repetía,
 todo se resumía,
y eran metales y hojas y larvas
oxidándose, degradándose, alimentándose
de las supuestas almas
con tanta avidez
que hubo en mí un vómito de palabras
perdiéndose
porque era ya inútil decirlas.
Volví a apoyar mi mejilla sobre la piedra.
Sentí el roce de su magra perpetuidad,
su coloratura agreste.
El cielo amenazaba llenarse de sol
                                 y yo estaba tan triste.

                                                                    ©ROSITA FASOLÍS

Fuente: TRAMAS Y CONSTRUCCIONES de Rosa D’Agostino de Fasolís
1er. Premio XII Certamen de Poesía “Rosalina Fernández de Peirotén”,
Otorgado por la Asociación Santafesina de Escritores. Premio Edición.
Editorial Colmegna, 1989

domingo, 4 de agosto de 2013

ANTOINE DE SAINT EXUPERY- EL JARDINERO DE LA ROSA...VEINTE AÑOS DESPUÉS (Por Rosa Fasolís)

Amig@s:
Aunque el tema de este blog se circunscribe a la poesía, no he podido dejar pasar este ensayo-resumen-reflexión de mi colaboradora  la gran escritora Rosa Fasolís, acerca de  Antoine de Saint Exupery, y sus grandes obras.

Espero que sea de vuestro agrado y que al igual que a mi, os sirva para ampliar vuestros conocimientos acerca de la obra de este MAESTRO,(con mayúsculas), de las letras.

...Y no os olvidéis de dejarle a Rosita vuestros comentarios...
Gracias...
                        ...Abrazos...






ANTOINE DE SAINT EXUPERY

EL JARDINERO DE LA ROSA

                                                                 Veinte años después…..

A SETENTA AÑOS DE LA APARICIÓN DE “EL PRINCIPITO”
 (Resumen de la conferencia brindada en ocasión de celebrar los cincuenta años de la magnífica obra).

      Antoine de Saint Exupéry… Inevitable asociar su nombre a la pequeña, sutil presencia de ese Principito que deconstruye y construye con aparente sencillez y total poesía las sustancias éticas que residen en el recinto más vulnerable y sublime del ser: el alma. Podría decirse que El Principito es la síntesis vital de la obra de Saint Exupéry; lo cierto es que no admite una lectura de superficie, y que el conocimiento de todo lo escrito por su autor favorece y amplía la comprensión de un texto incomparable. En efecto: adentrarse en la plenitud del mensaje de Saint Exupéry es emprender un vuelo desde el que observaremos con nueva mirada el lugar del que dice el piloto: “Morada de los hombres, ¿quién te fundará sobre la razón? ¿Quién será capaz según la lógica, de construirte? Existes y no existes. Eres y no eres. Estás hecha de materiales dispares; pero es preciso inventarte para descubrirte”. (De “Ciudadela”, Cap. IV).
     Volamos con Saint Exupéry hacia el territorio de los interrogantes, y sentimos con él la angustia de nuestra existencia, la sed de lo eterno e incognoscible, el hambre de paz y justicia. Y nos sumergimos en honduras insondables: “El que interroga busca antes que nada el abismo”. (De “Ciudadela”, Cap. II). No será pues un vuelo plagado banalidades, ni será un vuelo del todo feliz, porque Antoine tiene el comando de la nave y nos ha de llevar (como Valéry, como Paul Morand) al dolor de sabernos ciudadanos de un “mundo caduco”, seres anhelantes de saciar el hambre de eternidad. En una de sus últimas cartas (a su amigo Pierre Delloz) escribe Antoine: “Si me derriban, no lamentaré absolutamente nada. El futuro me espanta y detesto la virtud de sus robots. Yo he sido creado para ser jardinero”. Jardinero… el Jardinero de la Rosa, el hombre que arribó a este mundo un día 29 de junio del año 1900, en Lyon, Francia, en el seno de una aristocrática familia; un ser de excepción que sintió como un imperativo el andar por esos cielos de Dios… El hombre que, de vivir en estos días, acaso hubiera aumentado aún más su propìa angustia al observar que el “termitero” no ha sido sino industria de la guerra, alimento de las fieras del poder, territorio del hambre genocida de las islas de pobreza, y que la “virtud de sus robots” no ha logrado (no lo ha intentado siquiera) “convertir al hombre a su propia grandeza”. Grandeza, la de Antoine, cuya leyenda empezó a tejerse ya a sus doce años, cuando tuvo su bautismo de aire en compañía de Védrine, famoso piloto de la aviación europea. Luego, la primera guerra mundial, y Antoine cursando estudios en Suiza; luego preparando (sin éxito) su ingreso a la Escuela Naval de París; más tarde, intentando la carrera de arquitectura. Pero no eran para él los mares ni la tierra, sino los cielos y las palabras, palabras con las que fue edificando una ciudadela en el corazón de los hombres, aunque supiera él que una construcción así nunca puede ser acabada definitivamente.
        Es en su servicio militar donde Antoine aprende las primeras lecciones de pilotaje; es en Rabat donde, en 1921, se diploma como piloto civil; es en Istres donde obtiene el diploma de piloto militar; es en el aeropuerto de Le Bourget donde el subteniente reservista Antoine de Saint Exupéry sufre su primer (y serio) accidente. Otras actividades (burocráticas, acaso sin sentido para él) lo apartan de las alas, a las que retorna con el medio más tangible y más poderoso: la palabra, y lo hace con la novela “El aviador”, que aparece en 1926 en la revista “Le naviere de Argent”. El destino, ese desmesurado hierofante, provee a Antoine, ese mismo año, de alas concretas: ingresa en la Compañía Aérea Francesa, de la que pasa a la Sociedad Aérea de Latécoere, de Tolouse. De allí, a Casablanca (1927) como piloto de la línea de correo Tolouse-Casablanca, Casablanca-Dakar. Vuela, y vuelan también sus ideales románticos, su definida vocación de ser un hombre ético en el sentido profundo de la palabra. En “Correo Sur” escribe: “¡Qué mundo tan ordenado desde los 3.000 metros!. Ordenado como la majada en su redil. Humildes felicidades parceladas, mundo en vitrina, demasiado expuesto, demasiado desplegado”. Y dice: “Para el obrero que cada día comienza a construir el mundo, el mundo comienza cada día”. Porque Antoine ama al que construye, pero al que construye con cuerpo y alma: “Sólo el espíritu puede crear al hombre”; “Se muere por una casa. No por los objetos o por los muros. Se muere por una catedral. No por las piedras. Se muere por un pueblo. No por una multitud. Se muere por amor al Hombre, cuando es la piedra angular de una Comunidad” (De “Ciudadela”).
      La leyenda toma forma en la línea de Tolouse: comienza la fama de Antoine como héroe, como pacificador. De esta época, sus propias palabras en “Correo Sur”, novela publicada en 1929; en ese año ha llegado a nuestro país, la Argentina. En Buenos Aires organiza el Correo Aéreo Argentino. “Tras la hélice tiembla un paisaje de alba”, dice en “Correo Sur”. Un paisaje sin fronteras en el que se adentra el piloto de la Aeropostal volando al Sur de nuestro continente. Escribió al respecto Blaise Cendrars; “Entonces, era él quien yo veía pasar una vez por semana por el cielo de Rio de Janeiro, cualquiera que fuese el tiempo y con una regularidad tal que los dos millones de habitantes de Río rectificaban sus relojes cuando pasaba el avión con los colores franceses, como hacían en otro tiempo los habitantes de Koenigsberg al paso de Emmanuel Kant cuando éste se dirigía a hora fija a la Universidad para dar su clase de metafísica”.
       Vuela, Antoine, vuela. Mientras vuelas, te condecora el Gobierno de Francia, en 1930; mientas vuelas, también ese año, salvas la vida del piloto Guillaumet en la Cordillera de los Andes; mientras, pasas del Correo Argentino al vuelo nocturno en la línea Francia-Sudamérica; mientras, escribes: en 1931 aparece tu “Vuelo Nocturno”, del que ha dicho André Gide: “Este relato, cuyo valor literario admiro tanto, tiene, por otra parte, el valor de un documento, y esas dos cualidades, tan inesperadamente unidas, dan su excepcional importancia”.
       “Para el piloto, esa noche no tenía ribera alguna” (de “Vuelo Nocturno”). La noche, Antoine… la noche sin riberas… Tú, el Jardinero de la Rosa. Tú, que por entonces eras conocido en todo el mundo. Tú, “gentilhombre de vieja raza sin ser reaccionario, amante del deporte, inventor, soldado (…) y hasta mago, cuando se piensa en sus hallazgos matemáticos, en su habilidad para los jugos de manos con los naipes”. Esto dijo de ti René Tavernier (“Cuadernos”, Nº 32, 1958). Y agregó: “… es el único entre todos los escritores modernos que aparece como un caballero, sin haber intentado imponer ese ideal a los demás”. Es verdad: Antoine no intenta imponer sus ideas; sólo actúa, sólo escribe; a la manera de un Quijote, persigue sus propias utopías, sus paisajes de inalcanzable paz, sus playas de eterno amanecer. Y continúa el vuelo, en la nueva compañía Air France, y enfrenta otra vez a la muerte en Libia, en 1935. Mas es Antoine un hombre valiente, aunque al respecto diga, en una carta dirigida a Gide cuando hacía el servicio Casablanca-Dakar, sobrevolando Mauritania, después de haber salvado un avión junto a los moros, oyendo las balas silbar sobre su cabeza: “Es que no está formado (el valor) por muy hermosos sentimientos: algo de rabia, algo de vanidad, mucho de testarudez y un vulgar placer deportivo. (…). Jamás volveré a admirar a un hombre que sea sólo valeroso”.
      Otro accidente grave (Guatemala, 1938), mas no deja Antoine de volar. Ni de escribir: 1939 y “Tierra de hombres”, y el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa, al tiempo mismo que la gran tragedia: la segunda guerra mundial. Antoine se traslada a los Estados Unidos; allí escribe “Piloto de guerra”; luego, “Carta a un rehén”. En 1943, aparece la joya sin precio: “El Principito”. Ese año Antoine vuelve a ocupar su puesto en el grupo Nº 2/33· de Argelia; ascendido a Comandante, se retira del servicio … para remontarse, en un vuelo de reconocimiento sobre Francia, hasta el lugar del que no regresa, no al menos en la forma física habitual. Antoine de Saint Exupéry desaparece en los cielos de esta tierra de hombres el 31 de julio de 1944. Dice León Paul Fargue: “Tuvo una breve vida romántica, en la que había tanto de cruzado como de iluso”. Vida que continúa, sin embargo, en libros póstumos, textos que fueron como enviados desde otra dimensión; entre otros, “Ciudadela” (1948, con un particular estilo que recuerda a los narradores árabes, exuberante en su búsqueda de convicciones, poéticamente conmovedora): “Cartas de juventud” y “Cartas del amigo inventor” (1953): “Cartas a la madre” (1955) y “Un sentido a la vida” (1956).
       “¿Para qué sirve fijar los ojos en el Este, donde vive el sol?. Había entre ambos tal profundidad de noche, que jamás podría remontarla”. Tus palabras, Antoine, en “Vuelo nocturno”, cuando Fabien “pensaba en el alba como en una playa de arena dorada, donde había encallado después de esta dura noche”. Y, ¿sabes, Antoine?. Todos somos tu Fabien, todos hemos pasado alguna vez (¡tantas veces!) por la más oscura de las noches, en la ¿ilusoria? búsqueda de la playa apacible donde nada –nada- encadene nuestra libertad.
         Antoine de Sait Exupéry: el Jardinero de la Rosa. Y El Principito, ese legado incomparable, el diamante único, la palabra embebida en los goces y las congojas y los sueños del alma, con la síntesis perfecta de una prosa limpia, clara como el agua de un manantial. El Principito, a cincuenta (ahora, a setenta) años de su aparición; el Pequeño Príncipe que nos dice cada día en un susurro destinado al alma: “Detente, tómate tu tiempo, haz un alto en el camino”. El mismo que se desgarra cuando imagina atado a su cordero…(“¿Atarlo?  ¡Qué idea tan rara!”) porque ama, por sobre todo, la libertad; el mismo que, en el quinto planeta, nos dice que el trabajo del farolero “…por lo menos tiene sentido. Cuando enciende el farol, es como si hiciera nacer una estrella más, o una flor. Cuando apaga el farol, hace dormir a la flor o a la estrella. Es una ocupación muy linda. Es verdaderamente útil porque es linda”. Ah, amado Antoine, tu Principito señalándonos la utilidad de la belleza, dando por tierra con la utilidad puramente pragmática. Respóndenos: ¿del farolero al poeta?. Dinos: ¿la poesía es el más hermoso de los desvaríos?. Porque has escrito, nombrando a las estrellas: “cositas doradas que hacen desvariar a los holgazanes”. Pero no, no me equivoco, sé muy bien que pusiste esas palabras en el hombre de negocios, el del cuarto planeta, el que, según el Principito, “razona como el ebrio”. Sí, Antoine: tienes razón. Quien piensa en el poder del dinero, piensa en poseer las estrellas para sacarles provecho, pero el Pequeño Príncipe y tú y quienes aún creemos en la poesía como en la íntima expresión del alma, no queremos poseerlas, sólo las admiramos, las amamos desde lejos. Tanto como tratamos de comprender y amar al atormentado corazón del hombre cuando no pedimos explicaciones porque éstas no dejan hablar a los sentimientos, y entonces los ojos no sirven para ver lo que hay dentro de una boa cerrada.
      Antoine: estés donde estés, te digo: te amo.  Por todas tus palabras, pero más aún por El Principito. Soy una persona grande: perdóname por ello. Pero mírame; no me siento importante como un baobab. Y amo la libertad, la paz, la amistad. Y amo. Simplemente eso: amo. Tal vez por esta razón me conmueves tanto cuando dices: “Es triste olvidar a un amigo”. O: “La prueba de que El Principito existió es que era encantador, que reía, y que quería un cordero. Querer un cordero es prueba de que se existe”. Querer, amar… qué enigma tan espléndidamente planteado por ti en la rosa del Principito, esa flor “tan conmovedora”; por ti que nos dices que el amor debe saber ver más allá de las palabras. “Debí haberla juzgado por sus actos y no por sus palabras. Me perfumaba y me iluminaba. No debí haber huido jamás.” Y pones en boca de Bernis, en “Correo Sur”: “Encontré el manantial. Era ella la que me hacía falta para descansar del viaje. Ella está presente. Las demás…”. ¿Cuál tu rosa, Jardinero?. ¿Cuál tu única rosa?. “Ve y mira nuevamente a las rosas”, dijo el Zorro al Principito, y agregó: “Comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás para decirme adiós y te regalaré un secreto”. Y fue el Principito, a ver a las rosas, y les dijo: “No sois en absoluto parecidas a mi rosa: no sois nada aún. Nadie os ha domesticado y no habéis domesticado a nadie. Sois como era mi zorro. No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo lo hice mi amigo y ahora es único en el mundo. Sois bellas pero estáis vacías. No se puede morir por vosotras. Sin duda que un transeúnte común creerá que mi rosa se os parece. Pero ella sola es más importante que todas vosotras puesto que ella es la rosa a quien he regado, a quien escuché quejarse, o alabarse, o, aún, algunas veces, callarse. Puesto que ella es mi rosa”. Ah, Antoine, ¿es ése el secreto del amor?. Y luego, Antoine, tu voz en otra voz, la piedra única tallada en las palabras del Zorro: “he aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos”… “El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importante”. El zorrito, ese zorro del que el soldado de la Ciudadela dice: “Es preciso mucha paciencia, no para cazarlo, sino para quererlo”, el soldado que viste morir “por haberse defendido con indiferencia en el curso de una emboscada” porque “después, un día se escapaba en la arena el zorro elegido de su amor” (De “Ciudadela”, Cap. X). El zorro elegido de su amor, la rosa elegida de su amor, el tiempo perdido por la flor, tan importante porque “tal flor es, en primer lugar, una refutación de todas las flores” (De “Ciudadela”, Cap. VI). “Los hombres han olvidado esta verdad” dice el zorro al Principito, y agrega: “pero tú no debes olvidarla”. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa”.
      Sí, Antoine, así es. Somos seres de amor. Queremos ser domesticados, queremos crear lazos, tener amigos. Y comprendemos bien las palabras que pusiste en boca del zorrito: “Como no existen mercaderes de amigos, los hombres ya no tienen amigos. Si quieres un amigo, ¡domestícame!”.
      Te fuiste de la morada aún antes de que muchos de nosotros naciéramos, pero nunca nos dijiste adiós, sino hasta siempre. Por eso eres nuestro amigo: ya nos habías domesticado. Así lo quisimos. Y nuestras son tus palabras, por las horas ocupadas en ellas. Antes, y ahora, a cincuenta (setenta) años de la aparición de El Principito. El tiempo no pasa: pasamos nosotros. Y hemos pasado por tus libros, y tus libros han quedado en nosotros, sobre todo cuando, como Bernis en “Correo Sur”, preguntamos: “Dime, pues, qué es lo que busco y por qué contra mi ventana, apoyado en la ciudad de mis amigos, de mis deseos, de mis amores, me desespero?. ¿Por qué, por primera vez, no descubro ningún manantial y me siento tan lejos del tesoro? ¿Qué es una promesa oscura que se me ha hecho y que un dios oscuro no mantiene?”.
       Y tú, Antoine, respondes en “Arenas, cumbres y estrellas”: “Pero son muchos los que nunca abren los ojos al milagroso sol de esas mañanas sin nubes. Sólo el Espíritu, soplando sobre la arcilla, puede crear al Hombre”.


                                                                                     Rosa Fasolís
                                                                               Rosario, abril 19 de 1993.
                                                                               Rosario, julio 29 de 2013.
                                                                                (Veinte años después…)
                                        
      




domingo, 28 de julio de 2013

TRANSICIONES (Por Rosa Fasolís)



Amig@s:
Aquí os dejo una nueva  entrada de mi colaboradora Rosa Fasolís.
En este caso, una bella obra acerca de los deseos de evasión; de huida; de cruzar la transición que separa nuestro mundo diario, de ese otro mundo en el que tod@s desearíamos vivir.
Un mundo perfecto...Un mundo...feliz...

...Y no os olvidéis de dejarle vuestros comentarios a Rosita.
Gracias.
Saludos.




Transiciones
No volver, no este mundo que me arredra;
no la guerra, no el mal, no la mentira.
Hierba y aire después; luz desprendida;
profundo y libre aliento de la tierra.

Irme en verde y en agua; ser la hiedra
tibiamente del aire suspendida;
blanda y húmeda raíz, secreta y viva:
encuentro vegetal que en sombras medra.

En el lagar mi piel -uva madura-
mosto ha de fermentar: sangre y dulzura.
No ceniza, no hueso dispersado.

No voces, no fronteras que limiten.
Yo, en espejos de agua repetida:
espejos que al romperse se repiten.

                             ©Rosa Fasolís

lunes, 22 de julio de 2013

DESENCUENTROS (Por Rosita Fasolís)

Amig@s:
Aquí os dejo una nueva entrada de Rosita Fasolís;  mi amiga y colaboradora en este humilde blog, esperando que sea de vuestro agrado.
Recordaros que los blogs, se  alimentan con vuestras visitas; pero  se crecen con vuestros comentarios.
...No os olvidéis de dejar el vuestro...
Gracias.
...Saludos...




Desencuentros
(Por Rosita Fasolís)




Pero discutíamos el paso de las palabras
y el silencio
y las rosas huyeron fugitivas
de una prisión sin besos
y en ese discurrir en vano
temblaba el amor entre las hojas
comprometidas
de un árbol, de cualquier árbol,
de todos los árboles vulnerables
a la pasión del viento.
Subrayé tu nombre
en el vacío terrible de la greda
y mis pies descalzos dejaron huellas
en la nada.
Pero entonces la esperanza era una boca hambrienta
y el hambre suele poblarse de terrores
y amargas certidumbres.
Y es más: la boca
sedienta
sólo tiene para beber un puñado de arena.
     
                                © Rosita Fasolís

jueves, 18 de julio de 2013

INCÓGNITAS (Por Rosa Fasolís)




Amig@s:
Aquí os dejo otra aportación al blog, de mi amiga Rosa Fasolís; gran escritora, de la que tod@s podremos aprender mucho, y que  en esta ocasión, nos brinda un bello poema de nostalgias perdidas  entre  incógnitas...
Espero que os guste...
Y no os olvidéis de dejarle a Rosita vuestros comentarios.
Abrazos.





INCÓGNITAS


Pero qué instante,
qué forma aligerará tu paso
raspando la cáscara reseca
que te ata
y te pesa.

Pero qué lluvia, qué gota transparente
caerá de lleno en tus pupilas
para despejar el cielo que se empaña
en tu mirada de cristales marinos...

Pero qué palabra,qué beso,qué caricia
destilada entre sombras espinosas
llegará a tu alma...

Pero desde qué verso
supliré tus horas de cansancio,
desde qué cuaderno, desde qué
agendas invisibles
te llegarán mis palabras,
te encenderán mis hogueras
para que ardas en mis sueños imposibles.

                                 ©Rosa Fasolís

jueves, 11 de julio de 2013

COMO LA NIEVE (Por Rosita Fasolis)


COMO LA NIEVE
(Por Rosita Fasolis)




—¡Es lluvia...! —dijeron unos.
—¡Es nieve…! —dijeron otros.
—¡Es dulce…! —dijeron los niños que, como todos los niños del mundo, eran muy curiosos y se la habían llevado a la boca.
—¡Tiene gusto a frutilla! —dijeron unos.
—¡Tiene sabor a ananá! —dijeron otros.
—¡Es como chocolate blanco! —dijeron los niños que, como todos los niños del mundo, nunca se equivocan.
La verdad es que era nieve, nieve que caía en copos tenues, blanda, plena de mansedumbre. Nieve con sabor a helado de frutas, y a chocolate blanco.
Esa tarde de verano, pesada y caliente, el sol se había ocultado temprano detrás de un espeso colchón de nubes bajas.
—¡Tormenta de tierra! —habían dicho unos.
—¡Lluvia segura! —habían dicho otros.
—¡Haremos barquitos de papel! —dijeron los niños, que como todos los niños del mundo, solo pensaban en jugar.
Pero no había sido tormenta de tierra, ni lluvia de verano, ni los niños habían podido hacer navegar sus barquitos de papel. El pueblito serrano, escondido en el valle, se vio cubierto, en la plácida media tarde de enero, por inesperados copos de nieve. Nieve, nieve espesa, nieve blanca, nieve pura… pero con sabor a frutas. Y a helado de chocolate blanco. Y que, además, no se derretía por el calor; por lo contrario, un agradable aire fresco se movía entre los copos, con reminiscencia de invierno.
El telegrafista de la oficina de correos quiso telegrafiar a todo el mundo el milagro que estaba sucediendo. Pero no pudo: algo andaba mal. Tampoco pudo utilizar otros medios: algo estaba fallando. “Debe ser por la nieve”,  pensaron. Y salieron a la puerta: no querían perder el espectáculo. La calle ya estaba tapizada por diez centímetros de blancura.
Hacia el ocaso, el pueblo era una fiesta. Chicos y grandes hicieron muñecos de nieve, jugaron con pelotas de nieve, comieron helados de nieve.
—¡Milagro! —decían unos.
—¡Ciencia! —decían otros.
—¡Juguemos! —decían los niños, con las bocas llenas de dulzura, como las bocas de todos los niños del mundo.
Al caer la tarde, el pueblo todo estaba blanco de blancura de nieve.
—¿Y si esto sigue? —preguntaron unos.
—¿Cómo saldremos de aquí? —preguntaron otros. 
—¡Que siga, que siga! —exclamaron los niños que, como todos los niños del mundo, pensaban solo en la maravilla del presente.
A la mañana siguiente, la nevada continuaba. Las sierras se desdibujaban en albas colinas distantes. El sol se manifestaba en una vaga claridad de límites azulados. Un frío seco y casi palpable se adhería a las cosas. Y ya era tarde… Era tarde para intentar salir del pueblo; era tarde para intentar salir de las casas. Por dos motivos: por los dos metros de nieve que ocultaron las calles y sellaron todas las puertas, y por una dulce somnolencia que se había filtrado en los cuerpos y en las mentes de todos los habitantes del pueblito serrano. En los animales, también…
      Tres semanas después llegaron los camiones. Enormes, con carrocerías blindadas. De ellos bajaron hombres que vestían trajes como los de los astronautas, aunque no lo eran. En sus cabezas portaban escafandras; espesos guantes cubrían sus manos, que empuñaban extraños aparatos. En la espalda cargaban tubos de limpio oxígeno. De los camiones bajaron, también, artefactos sofisticados, computadoras, cables, luces portátiles, pequeños transportadores, muchas cajas, muchas órdenes.
En las laderas de las sierras, en los techos de las casas, en las calles, en los jardines, podía observarse un manto muy blanco, como de blanca ceniza. Las casa, adentro, estaban vacías. De tanto en tanto podía verse un exiguo montoncito de ceniza gris.
—¡El Proyecto ha sido un éxito! —dijeron unos.
—¡Es el arma más rápida limpia, efectiva y eficaz! —dijeron otros.
—¡Es un día de gloria para nuestro Imperio! —exclamaron todos, al unísono.

Los niños, nada dijeron. Allí no había ningún niño que se pusiera a llorar.


                                                                                               (Rosa Fasolis)




A todos los niños del mundo que sufren la guerra.
In memorian a los niños que,
alguna vez,
rieron,  jugaron y lloraron
en Hiroshima
 y Nagasaki.
Del Libro de cuentos  “…Después”,
Primer Premio del Certamen Trienal de Narrativa “Alcides Greca”
de la Secretaría de Cultura de la Provincia de Santa Fe, 1988
Editorial Banco Bica, 1991


"...Mi mayor alegría con este cuento (lloré al escribirlo) fue que muchas escuelas lo utilizaron como texto; incluso hasta lo representaron. Me enviaron cartas… aún me conmuevo: soy esencialmente docente. Amo verdaderamente a los niños, detesto la guerra y las naciones y las personas que la provocan y realizan..."   (R.F.)